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lunes, junio 14

Vigilaciones (I)

He observado en las parejas que se abrazan que uno de los dos, en general, mantiene sus ojos abiertos; mientras que la otra persona, en general, los mantiene cerrados. Esta observación fue hecha en vigilancias al vuelo, como quien dice. Así nomás, al pasar; por lo que la observación debe ser clasificada como un corte inmóvil en el tiempo, una instantánea, y no un recorrido en la duración del abrazo. Cabe destacar, además, mi carencia de brazos, por lo que soy incapaz de comprender desde mi experiencia el acto de abrazar.

Aclarado esto, continúo con mi vigilación (auto -de autor- o producto del vigilar. No confundir con vigilancia, acto de vigilar).

No hay un género específico o una mayoría estadística de veedores o de no-veedores: tanto hombres como mujeres realizan ambas. Ignoro (al no ser una vigilación en la duración) si hombre y mujer (o como sea que se conforma la pareja) alternan posición de veedor/no-veedor o si tienen una posición fija. También desconozco si se produce solo en parejas del orden romántico o en toda clase de ordenes. Sí deduzco (aunque la deducción no es producto de la vigilancia) que sólo se produce en abrazos de pareja, dado que el abrazo dual aproxima cuerpo y rostro, dejando la mirada de uno libre de la mirada del otro; en cambio el abrazo grupal enfrenta las miradas, o dificulta ver sin ser visto.

Como ya debe haber apreciado, confiero a la acción del conocimiento (o desconocimiento) una importancia primordial. Porque si se alternan en veedor/no-veedor es porque: O uno es conciente de la visión plena del otro, o uno es conciente de la visión silenciada del otro.


La primera implica un acto de fusión y confianza: me entrego al otro y veo a través de él; o no requiero ver, puesto que el otro toma esa función.

Hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer: todos se entregan al nuevo estado del veedor/no-veedor, acción en la cuál sienten, aparentemente, gran satisfacción.


La segunda, más fatal: El veedor, al sentirse no-visto, decide mantener sus ojos abiertos, más allá de la responsabilidad del acto físico. El veedor proyecta su mirada más allá, a un punto infinitamente distante que requiere su total y absoluta atención. En este caso, el no-veedor espera que el otro también sea un no-veedor (caso que he registrado), espera transformarse en una especie de bestia ciega, que apoyan sus cuerpos uno sobre el otro para evitar la caida, acción de la cual obtiene gran regocijo. Sin saberlo, el no-veedor es traicionado en su confianza.


La primera: La felicidad es plena al confiar el acto de ver a otro, que toma la responsabilidad por la pareja de mantener sus párpados en alto y sus pupilas fijas; con el lejano punto que fijan detenido e inmóvil, incapaz de realizar todas sus acciones de punto lejano. Ese punto es retenido con la fuerza de dos (un solo individuo aparentemente no es suficiente para capturar un punto de manera tan eficaz) y rápidamente se abre el agujero, mediante el cual se ve más allá de lo que YahaY (ya-hay, ó lo-que-ya-es-ahora, pero dejó de ser recién, aunque tal cambio esté más allá de la percepción común).

Entonces, tenemos a un individuo al cual se le ha conferido la capacidad de un veedor superior, gracias a la negación o silenciamiento del ver de la pareja. "La mejor película es la que se ve con los ojos cerrados", y eso es justamente lo que hacen: volverse una criatura bifácica opuesta y contradictoria, en la que se produce un ver con los ojos cerrados, con cada extremo del ser destinado a su propia tarea en este acto de poesía en vida. Como siempre la alteración del Yosoy mediante la muerte de un estado previo de ser y la reencarnación se hace presente. ¿Que maravillas serán capaces de ver estos individuos convertidos en este veedor/no-veedor? ¿Durará lo suficiente su abrazo para lograr la retención absoluta del Punto? La apertura del punto ¿Trae cosas al mundo del yahay o lo modifica? En cuanto a esta última pregunta, tengo entendido que el abrazo trae consigo un sentimiento de plenitud, por lo que imagino que el Punto trae algún tipo de energía que llena y/o modifica la pareja de veedor/no-veedor.


La segunda: ¿Que empuja al veedor a la traición de la confianza? ¿Lo hace de manera intencional o hay algo en el que busca aquel punto? En general, quien ve no parece o aparenta estar disfrutando, aunque es cierto que la observación directa de las punzadas en el yahay suelen no ser agradables. Lo que realmente ve el veedor es indeterminable. Tal vez vea más allá del yahay, tal vez la dimensión del punctum con su pupila le retorne una imagen de su propia pupila, una imagen de si mismo como un ser diminuto, un humano empequeñecido: sería esta la manera de descubrir su verdadero lugar o "espacio ocupado en el espacio desocupado". La cuestión es: ¿cuál es la necesidad de la pareja? Todo parecería remitir a La Primera.


Ahora, imaginemos los otros dos posibles estados del Abrazo: veedor/veedor y no-veedor/no-veedor .

El tercero: Es el único que he podido obervar en duración, ya que ésta se limita a pocos segundos, en general en medio de gran algarabía y golpes en la espalda. Suele ser realizado por hombre-hombre. Por su duración y resultados, es absolutamente insignificante y no constituye más que una variación del apretón de manos.

La cuarta: A pesar de que previamente califiqué a La cuarta de originar una bestia ciega, debo ahora corregirme, puesto que la intención de no-ver es diferente a la incapacidad de elección. Es imposible saber qué mecanismos intensos suceden en un largo abrazo de no-veedor/no-veedor, pero éste tipo de abrazos suelen ser los que aparentan mayor placer. Tal vez la búsqueda distante de la apertura que proporciona el punto sea innecesaria. Tal vez la plena y relajada unión de dos no-veedores originen una visión mayor, un movimiento de yosoy a través del yahay: Tal vez alcancen un estado de Vigilia o Vigilancia pura.

Eso explicaría el regocijo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ruben necesita un abazo...

Lillí dijo...

Está bien largo y yo bien cansadita. Lo leeré en cuotas antes de dormir.

Lillí dijo...

Terminaron y los cuotas y si, la experiencia del cuerpo, la memoria de otros bracitos y olores hacen falta.

Rubén dijo...

Los brazos están sobreestimados.

Astrid dijo...

Paso por su blog como ud paso por el mio (hace tiempo ya, mejor tarde que nunca?)
gracias por vigilar

Rubén dijo...

¡Astrid!

De nada, oh estimada.

Retome su blog, por favor.